Casi creí que no iba a llegar, ya que había ido a una evaluación de trabajo, pero por suerte terminó temprano y pude llegar a clase, aunque con un poco de retraso. No había desayunado, así que durante la clase estaba con bastante hambre y solo esperaba que terminara pronto para poder comer algo.
Me senté junto a dos compañeros que ya eran amigos, así que al principio fue un poco extraño para mí. Aun así, logramos trabajar bien en equipo y pudimos terminar rápido, aunque tuvimos algunos errores al principio. Sin embargo, supimos cómo solucionarlos y logramos sacar adelante el proyecto sin mayores problemas. Al final, la clase se pasó rápido y fue una experiencia interesante, aunque me quedé con ganas de desayunar bien.
Ahora empezamos con lo más serio: ¡usamos materiales reales! Comenzamos a trabajar con Arduino, que viene en diferentes colores, como negro o azul, y se conecta directamente a la computadora a través de un cable USB. Para programarlo, descargamos el programa llamado Arduino IDE, que está especialmente diseñado para escribir y cargar los códigos en la placa.
En clase nos apoyamos en el uso de chat gpty vamos probando los códigos poco a poco. También hay muchos cables que debemos conectar según las partes del circuito que queremos armar. Es un proceso que requiere mucha atención y cuidado, pero me está gustando porque siento que estamos aprendiendo a trabajar de manera más práctica y directa con la tecnología.
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Ahora comenzamos a trabajar con nuestros propios Arduinos, así que, como lo hicimos en las clases virtuales, empezamos conectando los cables a nuestros LEDs y a la placa, que en este caso usamos una Protoboard. Esta es una tabla blanca donde podemos hacer conexiones fácilmente.
Colocamos un LED en el positivo y otro en el negativo, y los conectamos a un pin digital de la placa. Primero lo probamos con un solo LED y después con tres LEDs, haciendo diferentes ejercicios para aprender cómo encenderlos y apagarlos. Aunque no eran ejercicios que sumaran puntos, fue muy divertido, sobre todo porque formamos un equipo de tres personas y con compañeros nuevos.
Uno del grupo tuvo que tener una laptop donde descargar el programa necesario, mientras que los otros ayudábamos a armar el circuito y a probarlo. Fue una buena experiencia porque pudimos colaborar y aprender cómo funcionan estos componentes en la práctica.
Hicimos algunas pruebas para ver cómo funcionaban los componentes en la vida real. Nos dieron una caja o "taper" con muchos cables, pero algunos estaban rotos. Al principio no entendía muy bien la diferencia entre ellos, así que simplemente agarraba cualquiera. Sin embargo, luego nos dimos cuenta de que los tamaños de los cables también eran importantes para que la programación y el ensamblaje fueran más cómodos.
También utilizamos un pequeño motor que tenía una palanca que se movía y generaba un ruido un poco fuerte. Fue muy divertido ver cómo se movía. En nuestro ejercicio, solo teníamos que moverlo a 190 grados como una parte del código. Al principio no entendíamos por qué no funcionaba, pero resultó que algunos cables estaban mal conectados. Aun así, al final pudimos completar el ejercicio y ver cómo todo cobraba vida.